'La matazuga', de Carlos Alba

"Cuando tenía 10 años, perdí el habla. Mis padres me llevaron mi abuela para que me pasara el agua y era tal el mal de ojo que tenía que tuve que quedar con ella en el pueblo, en Cellero, que de niño era para mi talmente el paraíso. En aquellos nueve días me contaron unss cuantas historias.

Quizas porque lo que más me gusta de los cuentos de María Teresa González es el aire de misterio, cómo hace un mundo tembloroso e inquietante, decidí meterlos ahí, en esos nueves días en los que el silencio fue mi mejor compañero. Hasta que por cuenta de una matanza (de las de antes, con 'duerna', berridos y 'corón') volvía a hablar y dejé de estar con mal de ojo".

Tradición oral asturiana en lengua asturiana.