A principios del siglo XIII la ciudad contaba ya con algún tipo de cerca, cuyo trazado fue dispuesto por Alfonso IX, Alfonso X impulsaría el remate de las obras, que se iniciaron hacia 1261 y debieron terminarse en el siglo XIV.
Tenía un perímetro de 1.400 metros y una superficie de 11 hectáreas (ajustándose a lo señalado por F. Reiter en el año 1777).
Adoptó un trazado casi circular al ceñirse al contorno de la colina sobre la que se asentaba la ciudad, en este trazado quedaba incluida la fortaleza o castillo a partir del cual se abrían las puertas de Socastiello, Santiago, Noceda, Ferrería y Cimadevilla. Partiendo de esta última, la muralla seguía paralela a la actual calle Mon y desde aquí por el Postigo Alto y la calle del Paraíso, en las que se conserva, hasta la puerta de la Noceda (comienzo de la actual calle de San Vicente), continuaba junto al monasterio de san Pelayo (calle de la Cerca, hoy de Jovellanos) donde se abría la puerta de Gascona (calle del Águila) y más allá la puerta de Santiago (en el entronque de las actuales calles de Jovellanos y Argüelles).
El castillo, situado en el lugar donde hoy se levanta la Telefónica, introducía un ángulo de 90 grados para tomar la actual calle de Mendizábal, en la que se abría la puerta de Socastiello, desde aquí, por Ramón y Cajal y la calle del Peso, iba a cerrarse el perímetro en la puerta de Cimadevilla.
