Parece evidente que tal esfuerzo constructivo debió tener su origen en la inseguridad de quienes lo levantaron frente a un peligro que, al día de hoy, nos resulta absolutamente desconocido.
Define el yacimiento una potente muralla que circunda un espacio subrectangular salvo por su frente oriental, donde los abruptos acantilados otorgan suficiente protección. El recinto interno, de forma trapezoidal, se extiende en dirección N-S. Su superficie se dispone en una sensible pendiente, aflorando la roca en su práctica totalidad. La muralla está construida con grandes y escuadrados bloques de cuarcita que presenta un aspecto cuidado tanto en su cara interna como externa.